Un brunch inesperado en Miami

Supuestamente, la ciudad más grande de Florida no es un lugar para andar a pie, ni para encontrar cervezas de latitudes extrañas… y sin embargo, lo es.

POR: Ana Santelises de Latour

Tengo que hacer una confesión: después de tantos viajes a la ciudad, yo asocio a Miami casi exclusivamente con el tema de las compras y los restaurantes para ir a cenar. Esa percepción quizá no nos había permitido a mi esposo y a mí explorar hasta entonces las otras caras de la ciudad, pero en una visita reciente, donde nos juntamos con dos amigos dominicanos que recién se habían mudado allá, eso afortunadamente cambió.

Mi amiga subió hace unas semanas una foto a Instagram de un lugar con unas llamativas cortinas azules. Atraída por la belleza visual del lugar, sin saber qué era, le dije: “Cuando nos juntemos, llévanos ahí”. Ese “ahí” resultó ser Verde, el restaurante del Pérez Art Museum Miami (PAMM). Primera sorpresa: nosotros nunca habíamos considerado ir a un museo en la ciudad, pero allá íbamos. Segunda sorpresa: el sitio quedaba tan cerca de donde nos estábamos quedando, el hotel Mandarin Oriental en Brickell, que mi amiga nos recomendó dejar nuestros prejuicios atrás e irnos a pie en una ciudad que pensábamos que solo podía navegarse en cuatro ruedas. En el transcurso tomamos el Metrorail, un tren que recorre 40 kilómetros de la zona, y nos topamos con familias y parejas que estaban disfrutando de un medio de transporte seguro, limpio y puntual.

Al llegar a Verde me topé con la tercera sorpresa: no solo trabajaban con comida cero kilómetros y con un menú que cambia para incluir solamente las frutas y vegetales de temporada, sino que también tenían una diversidad de cervezas importadas para los paladares más atrevidos. Si repasan las entradas anteriores de ALKASA-196 se van a topar con la historia de mi amiga y su esposo en Praga, pues ambos adoran las cervezas europeas; por eso, nos llevamos de sus recomendaciones. Mi esposo tomó una cerveza llamada Floridian Hefeweizen, una bebida local que no conocíamos, y yo recordé mi viaje a las capitales imperiales europeas con una botella de Stiegl. Esas bebidas acompañaron un delicioso brunch al mediodía de huevos benedictinos y varios emparedados.

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Para muchos dominicanos, Miami es una ciudad de compras. La experiencia de toparse con lugares inesperados como este, que parecen estar a mundos de distancia del corre corre de las tiendas, es una buena razón para viajar y verla con nuevos ojos.

Una nota al margen: al quedarnos en el Mandarin Oriental aprovechamos una oferta de una tercera noche gratis, internet, desayuno gratis y 100 dólares de crédito en el spa. Al tratarse de una ciudad de negocios, los hoteles de Miami con frecuencia ofrecen descuentos de este tipo para las estadías de fines de semana, para mantener los establecimientos ocupados aun fuera de las tandas de viajeros corporativos. Por eso, si piensan viajar a Miami, no dejen de contactarnos en Viajes Alkasa, porque es muy posible que podamos obtener una oferta de hotel similar para ustedes.

Fotos: Ana Santelises de Latour