París – Biglove Caffé

¿Comer bueno y eficiente y bueno y casual y bueno y fresco y bueno e italiano en París? Si andan por Le Marais con hambre, están de suerte: el Biglove Caffé es lo suyo.

biglove_paris

París no se conforma con ser París, y por eso también quiere ser Milán y Roma y Bolonia y Nápoles. De eso se encargan grupos gastronómicos como el Big Mamma, una sombrilla de restaurantes casuales donde casi todo –incluyendo el personal– es importado de Italia, con 180 suplidores que mandan sus productos por camión tres veces por semana.

En la guía parisina que nos hizo nuestra clienta Crystal Jiménez Vicens brilla el Ober Mamma, la joya del grupo en el sector de Oberkampf. En un viaje reciente a la capital francesa probamos el Biglove Caffé, en Le Marais. Este es una versión reducida pero concentrada de la fórmula ganadora de las casi 10 trattorías y bares del grupo: todo fresco, tragos espectaculares y un servicio de coreografía.

El Biglove está escondido en una callecita perpendicular a la rue de Bretagne, la Debelleyme, detrás de un portal de vidrio artdecoso. Si van al turno del almuerzo, como nosotros, aparézcanse rayando las 12, que el lugar no toma reservaciones y se llena con venganza. Lo bueno es que, sin importar cuán atisbado esté el restaurancito a la napolitana, la comida no tarda mucho en llegar: el menú cambia todos los meses y es relativamente pequeño –está reducido a lo que tengan fresco de temporada y a los favoritos comprobados–. Aparte, la agilidad de los meseros con sus tabletitas en mano es de aplaudir.

biglove_paris

biglove_paris

Pero en lo que llega la comida, uno va pensando que el lugar está quizás un poco sobredecorado, tal vez como parodia de la cocina de la Bota, con demasiado producto de colmadito italiano por doquier en los anaqueles de las paredes, con tanta hierba y embutido colgando del techo, con los meseros espolvoreando tantos «dai» y «ecco» y «buongiorno»… HASTA QUE LLEGA LA COMIDA. Ahí, cuando prueba uno la pizza con la masita mórbida en sus buenas, el fior di latte malvado, la yema para romper y la salchichita calabresa que componen la Brunch Hotty Spicy, pide uno disculpas mentales por haber tenido malos pensamientos sobre la decoración hipstérica y sobre el nombre del plato.

biglove_paris

El tequila se inventó para que naciera el cóctel Qui a tué Paloma Rose, un vaso rosado adictivo hecho con toronja y citronela. ¿Y las frambuesas? Para que uno supere el tener que pedir un postre llamado Le Big Boy Pain Perdu y así poder rendirse al mascarpone en su punto y al brioche fresquecito. Esta gente hace solo lo suyo, y lo hace bien. Qué bien. Demasiado bien.

biglove_paris

Espresso, grazie y prego después, y sale uno con la gula encendida, preguntándose desde ya qué traerán en el menú del mes siguiente.

Fotos: Sébastien Pontoizeau e Inside Closet, por cortesía de Big Mamma

COMIDA 5
AMBIENTE 5
DECORACIÓN 4
UBICACIÓN 5

VEREDICTO

4.7
París – Biglove Caffé