En otra ocasión les hablamos sobre China Chilcano, un restaurante de fusión peruano-asiática, parte del imperio del chef español José Andrés en la capital estadounidense. Con Jaleo, en vez de hacer una versión de un plato que le es extranjero, digamos que vuelve a sus raíces: las tapas.
Lo primero que les invade al entrar es lo colorido de la decoración, con elementos rojos y amarillos —una referencia a la nación que inspiró el restaurante— y una que otra escultura de cabezas de toros. El menú está compuesto por bocadillos que van desde lo elemental —el pan de cristal con tomate, la tortilla de papas y la flauta de jamón ibérico— hasta lo llamativo —ahí entran los erizos de mar con pipirrana y el cono de queso de oveja con membrillo—. Todos estos servicios están hechos con ingredientes cruzados del Atlántico, de alta calidad: un pan a lo catalán exquisito y un aceite de oliva que convertía en oro todo lo que tocaba. Al grupo de la familia Alkasa que asistió recientemente les pareció estar en España.
¿Otra cosa que le llamó la atención a los comensales? La gran cantidad de familias estadounidenses presentes en el restaurante. Era como tener lo mejor del extranjero con lo mejor de lo interno. Washington tendrá muchos turistas, pero da gusto ver cómo una gran cantidad de ellos vienen de todas partes del país.
Fotos: Katingo Haché de Santelises y ThinkFoodGroup
