Uno de nuestros clientes, Maeno Gómez Casanova, hizo un viaje entre amigos a Jarabacoa y allí tuvo una acogedora experiencia gastronómica: probar en la casa de los esposos Véro y Jean François una muestra de la comida y la hospitalidad francesa rodeado del paisaje del Proyecto Ecológico Monte Bonito.
En Chez Véro, de hecho, todo es un affaire familiar: la titular se encarga de la cocina, mientras que su esposo hace las de anfitrión y guía gastronómico, encargándose de presentar la historia detrás de cada plato y de brindar acertadas sugerencias de maridaje con vino. El servicio de mesa está a cargo de los hijos adolescentes de la pareja.
Maeno nos explicó la logística: tras hacer una reservación –se pueden hacer a través del sitio web de Chez Véro o por teléfono, al (809) 905-4242–, a los visitantes les es asignado un turno. «A nosotros nos tocó el turno de las 9:30 de la noche, y como todo el mundo come al mismo tiempo y a la misma hora, sentí que estaba en un evento plateado de los que hacemos en [mi agencia] Maeno&Co«, nos dijo. Ese día, el menú –que varía cada semana– comenzó con tapas de baba ghanouj, dukka y tapenade de aceitunas, una ensalada de espinaca, cebolla y quinoa, una sopa de auyama al curry, crutones con anchoas y paté de aceitunas, dátiles y nueces pecan sobre tilapia. Para el plato fuerte pudieron escoger entre una suprema de pollo rellena de ricotta y tomates secos o un cerdo marinado con cilantro y pasta de chile. Las opciones de postre fueron un pastel de chocolate estilo Ottolenghi o una tarta de queso con peras y vainillas de Madagascar. Cada tiempo estuvo acompañado de un vino sugerido por Jean François.
Y fuera de las bellezas del paisaje y la exquisitez de los platos y la atención personalizada, hay otro elemento atractivo elemento adicional: la decoración. «El espacio es bellísimo, hecho con creatividad, gusto y bajo presupuesto –desde muebles de IKEA hasta mesas hechas con tuberías de metal–«, nos dice Maeno. «Pero son detalles que demuestran, como todo el concepto de Chez Véro, que esta familia cree en la creatividad ante todo».
Fotos: Cortesía de Maeno Gómez Casanova
VEREDICTO
Ser un "invitado" en la casa de esta familia francesa en Jarabacoa es una experiencia que definitivamente pone la tapa al pomo en un viaje de fin de semana a ese hermoso pueblo vegano.