POR: Alejandro Santelises
Este pasado septiembre, Stan Wawrinka derrotó al dos veces campeón Novak Djokovic en la final del US Open, en sets de 6-7(1), 6-4, 7-5 y 6-3. Eso fue lo que se vio en la televisión. Lo que no se vio en la televisión fue el sano alboroto y la emoción que tenía el público asistente en el estadio en Queens –entre los cuales, como buenos dominicanos amantes de la algarabía, estábamos mi hijo menor, Alejandro, y yo–.
Aparte de la atracción principal de la jornada en el Estadio Arthur Shea, dentro de algunas de las 22 canchas del complejo del USTA Billie Jean King National Tennis Center también se juegan ese mismo día otros partidos de distintas categorías, que sirven de entrada para el plato fuerte, sobre todo en cuanto a la reacción del público: hay tantos vítores, gritos y aplausos que uno pensaría que mínimo se trata de un concierto de Beyoncé, los Rolling Stones y Madonna juntos. Y esa definitivamente es la mejor parte de la experiencia de vivir una final en persona: conseguir una boleta a este partido requiere de estrategia y disposición, así que las 23,771 personas que se encuentran en el estadio mayormente son fanáticos del tenis, y el ambiente que se crea entre tantos locos mansos unidos para disfrutar de una muestra de deporte de alto nivel es fantástico.
Tras vivir la experiencia de un partido del US Open dos veces, comparto con ustedes mis mayores aprendizajes:
+ Mis boletos de este año fueron asegurados en mayo, por pura estrategia. Si quieren comprar sus boletas a un precio justo y no tener que depender del mercado negro, les recomiendo obtenerlas con ese grado de antelación. Si desean armar un paquete neoyorquino, con las entradas, alojamiento y boletos aéreos, no duden en llamar a Viajes Alkasa para organizarlo.
+ No cometan el error de ir en carro al estadio: llegar y salir toma demasiado tiempo con el tumulto del público. En vez de eso pueden tomar la línea 7 del metro, cuya parada del Mets-Willets Point los deja a escasos metros de la entrada del complejo de tenis.
+ No se preocupen por la comida, pues la que encontrarán allá es excelente: van a poder disfrutar de opciones de hamburguesas y cervezas artesanales, champaña y whisky –y hasta ron Brugal–.
Fotos: Alejandro Santelises