Gante se encuentra a menos de una hora en tren de Bruselas, y por eso, si tienen tiempo en Bélgica, es una ciudad adecuada para una visita de ida por la vuelta. Si ese día de visita comienza temprano, pueden darse un gusto al desayuno en Maison Elza, un restaurante con un aire de descontracción kitsch en su decoración, pero con total respeto por la frescura y el gusto de lo que sirven al desayuno –y cómo lo sirven–.
El servicio de desayuno, de alrededor de 10 mesas, está a cargo de su propietario –si van, es Freddy, el belga que hace un chiste en cada mesa y tiene un don para saber el momento preciso en el cual se vacía cada taza de café, para volver a llenarla–. Si piden la «fórmula» pequeña –no coman con los ojos, que aun el servicio pequeño tiene porciones enormes– van a recibir una canasta de panes que se derriten en la boca, mantequilla de alta calidad, quesos variados, dos opciones de mermelada casera con frutos de bosque de temporada, un jugo de naranja fresco y café ilimitado. Uno pensaría que la decoración, con maniquíes y muñequitos con disfraces de flapper –que cambian por temporada– sería una distracción frente a la comida, pero nada pudo contra la frescura de los alimentos.
Si tanto tereco les llama la atención y le preguntan al propietario por la razón del nombre, les enseñará una foto de su abuela (la Elza original) y recibirán una historia de muerte en parto, la vida de entreguerras y la encarnación anterior de ese local antes de convertirse en la Maison –para resumirles, también era un restaurante, del mismo propietario, pero decidió darle un giro más íntimo al lugar y al servicio–. Y si el clima lo permite, podrían sentarse en la terraza inferior, ubicada frente al río Lys.
Luego de iniciar la jornada con tan buen desayuno, pueden seguir al Museo de Diseño de Gante, ubicado a pocos metros de distancia en la misma calle, o girar al norte, donde a menos de dos minutos a pie está el castillo medieval Gravensteen, una de las edificaciones más fotogénicos de la ciudad. Comenzar el día en un lugar con tan buena comida, tan buen ambiente, tan buen servicio y tan buena ubicación definitivamente no es un mal plan.
Fotos: Maison Elza