POR: Elila Valdez de Cabral
Uno de los elementos más reconocibles del mundo de la Guerra de las Galaxias es el uniforme de las tropas de asalto —o los stormtroopers, como son conocidos en inglés—. Mis hijos habían visto la última edición de la saga, El despertar de la Fuerza, y habían quedado impresionados con “los malos” de la película, desde Kylo Ren hasta la Capitana Phasma con su uniforme cromado.
Hace unos meses estábamos en Hollywood Studios, del complejo de Disney, y ellos pudieron ver cómo un grupo de niños practicaba con sus sables de luz en una escuelita para Jedis —nota para mí misma: en un próximo viaje, definitivamente los voy a apuntar en la academia—. Eso hizo que la mente les estuviera dando vueltas por una galaxia muy lejana durante toda nuestra estadía.
A eso de las dos de la tarde estábamos parados todos en una esquina, decidiendo a cuál atracción irnos, cuando escuchamos por las bocinas las notas de la canción de la saga, ese clásico compuesto por John Williams, seguido de la marcha imperial. Mis niños se quedaron casi petrificados, porque sin darnos cuenta, nos habíamos colocado en el lugar perfecto para el mini-desfile: se nos acercó la mismísima Capitana Phasma junto con un grupo de tropas de uniforme blanco, y nos apuntaron desafiantes. ¡Mis hijos se volvieron locos! Al final, con la impresión, solo pude tomar una foto del saludo que les hicieron cuando se marchaban, pero gracias a esa foto nos queda el recuerdo de la magia que logran en los parques de Disney al hacer que los niños piensen que están metidos en los universos que ven en la pantalla grande.
Foto: Elila Valdez de Cabral