POR: María José Álvarez
Sí, el centro histórico de Cartagena de Indias es un lugar especial y lleno de algarabía —por eso es un destino tan visitado en Colombia—. Sin embargo, yo diría que la ciudad ofrece mucho más que ver y hacer, ya sea en el mar o dentro de esas fachadas coloridas. Yo pude comprobar que ofrece opciones para conocer mejor la comunidad, y hasta para reposar la mente y hacer un poco de meditación. Aquí les tengo cinco recomendaciones de actividades alternativas, en caso de que estén planificando un viaje a este destino caribeño.
[1] UNA GIRA POR LOS MANGLARES DE LA BOQUILLA
Más que una experiencia llena de algarabía, esta gira ofrece espacio para un momento calmado, casi de meditación. El equipo nos recogió en la mañana en Boca Grande, y de ahí llegamos a los manglares, donde el guía iba remando en una canoa para mostrarnos las diferentes especies animales y mangles que viven ahí. Pero aparte de ser una actividad ecológica, esta excursión tiene un componente de turismo comunitario, ya que también muestra las diferentes formas en las que se propagan, se cultivan y se conservan los mangles y las técnicas de los pescadores locales.
Ya que es una zona lodosa, en una laguna de bajo nivel de agua, no es una zona de baño. Por eso, es una gira que puede hacerse en unas cuatro horas —por ejemplo, si comienzan a las nueve de la mañana, pueden estar de vuelta en Cartagena para el almuerzo—.
[2] UNA CLASE DE COCINA LOCAL EN EL HOTEL LAS AMÉRICAS
¿Sabían que el arroz con coco que se hace en la costa caribeña de Colombia es muy diferente al que hacemos nosotros en República Dominicana? ¿Y que los tostones que tienen no son las porciones sutiles que comemos nosotros, sino unas cuestiones gigantescas? Esas fueron dos lecciones que aprendí durante la clase de cocina local que tomé con el equipo del Hotel Las Américas, dirigido por el chef interno. ¡Ah! Y si no quieren tomar una clase pero sí andan buscando un lugar para degustar cocina local con todas las de la ley, este también es un lugar perfecto.
[3] UNA EXCURSIÓN A LA ISLA BARÚ
Aquí les tengo otra opción de turismo comunitario: una excursión a la Isla Barú, más allá de la zona hotelera, para conocer de primera mano la elaboración de la artesanía local. El pueblo de Barú no es un atractivo típicamente turístico, pero sí tiene una característica especial: es una pequeña comunidad matriarcal, y las mujeres lideran el hogar. Al visitarlas, ellas nos enseñaron cómo tiñen y pintan la tela de sus pareos en un pequeño taller, para luego venderlos en la ciudad. También nos llevaron a un patio hermosísimo para mostrarnos cómo preparar arepa de huevo.
Una nota importante: Isla Barú es un atractivo turístico, pero el pueblo de Barú en sí no lo es. Barú es una isla bastante grande que tiene hoteles, playas y propiedades privadas que son muy atractivas para el turista, pero su pueblo esta básicamente olvidado por el gobierno colombiano. La agencia con la cual realizamos el viaje tiene un hotel en Isla Barú, llamado Las Islas, y ellos apadrinan ese pueblo, dándole trabajo y sustento económico a las artesanas locales. La idea es que cada vez más empresas se interesen en realizar actividades que beneficien a esta comunidad a través del turismo y la manufactura.
Pero igual, Barú es una de las islas más atractivas de Cartagena, ya que tiene muchas playas de arena blanca rodeadas de una frondosa vegetación —algo poco común en otros puntos de la costa de Cartagena, como Boca Grande—.
[4] UN BAR MUY DIFERENTE
La vida nocturna de Cartagena es legendaria, con bares donde retumba la champeta y el ron fluye como agua. Sin embargo, mi favorito fue uno mucho más tranquilo, con ambientes que parecían salido de un set del juego Clue: Alquímico. Está ubicado en el centro histórico, frente a la popular discoteca La Jugada, y parece estar en la París de principios del siglo XX. Pero la gente no va solo por la decoración vintage: también son conocidos por sus tragos creativos.
[5] UN TALLER DE JOYERÍA DE ESMERALDA
Colombia es el más grande exportador de esmeraldas a nivel mundial, y gracias a una fundación local, que suple artículos al Museo Internacional de la Esmeralda, pude descubrir cómo esta actividad crea puestos de trabajo para jóvenes que no tienen un diploma de bachillerato, preparándolos como joyeros para asegurarles un oficio. Junto a ellos pude aprender cómo elaborar piezas desde cero, utilizando pinzas y alicates de distintos tamaños para trabajar el metal y las piedras. Así aprendí a elaborar unos aretes, una pulsera y un dije. Yo me llevé este último, pero más que eso me llevé la admiración por ver cómo el país ha utilizado sus recursos naturales para beneficiar a una gran cantidad de personas a todos los niveles.
Todas estas actividades están disponibles a través de Viajes Alkasa. Si van a estar en Cartagena, llámennos para reservarlas —o hasta para ofrecerles información sobre vuelos y hoteles, o recomendarles nuestro cóctel favorito en Alquímico—.
Fotos: Cortesía de María José Álvarez y Alquímico