POR: Katingo Haché de Santelises
Mi esposo y yo cumplimos 45 años de casados recientemente, y decidimos aprovechar esa ocasión especial para celebrar en familia. Así, Alejandro yo pudimos compartir con nuestros cuatro hijos y sus respectivas parejas.
Yo tenía en mente una idea especial: en mi lista de deseos de viajes estaba poder pasarme unos largos días de dolce far niente en una villa en la Toscana, conocida por sus colinas y viñedos. Tenía más de 10 años soñando con eso, ¡y este definitivamente era el viaje perfecto para eso!
¿Y cómo logramos dar con la propiedad perfecta? Bueno, yo tenía una serie de amenidades en la cabeza:
[+] Buscaba un lugar con cinco habitaciones, cada una con aire acondicionado y su baño propio; aparte, que tuviera amplios y cómodos espacios comunes, para poder juntarnos todos a la noche a compartir alrededor de un juego de mesa o unas copas de vino
[+] Quería tener un chef que se encargara de dos comidas al día, así como un servicio de limpieza diario
[+] Prefería un lugar céntrico, cerca de una ciudad grande, para poder explorar un pueblo diferente cada día
[+] Como algo muy personal, quería poder tener flores naturales en varios rincones de la casa
No me canso de decirlo: no saben el gran orgullo profesional que siento de que Viajes Alkasa sea la única agencia dominicana en tener una alianza exclusiva con Signature Travel Network. Esto nos da acceso a una serie de servicios de lujo con un nivel de personalización inigualable, desde visitas guiadas privadas, contratación de fotógrafos locales hasta, como en sucede en este caso, encontrar una casa con todos los requerimientos que buscábamos.
Gracias a su catálogo de propiedades a nivel global, nuestra villa apareció, tal cual la buscábamos, en las afueras de Siena. Era un ejemplo excelente de arquitectura rústica toscana, con muros de piedra, una piscina en el patio y una vista espectacular a un viñedo y un campo de olivos. Tenía exactamente todo lo que habíamos pedido.
Nuestra rutina diaria en la villa era relajada: nos despertábamos sin prisa, y desayunábamos juntos —el desayuno estaba listo esperándonos, ya servido—. Luego nos íbamos en los carros que habíamos alquilado a un pueblo cercano, por lo general a una hora de distancia —nuestros favoritos fueron Montalcino y San Gimignano—. Nos pasábamos los días sin ruta, caminando sobre estrechas callecitas adoquinadas, visitando iglesias, plazas y academias con piezas renacentistas, y almorzando en restaurantes tradicionales. La idea era compartir en familia.
Al volver a nuestra casa temporal, nos esperaban primero un aperitivo con prosecco y luego una cena preparada por nuestra chef asignada, quien preparaba todo desde cero, incluyendo pasta fresca y tiramisú. ¡Quedamos encantados con ella! Y de hecho, creo que ella también quedó encantada con nosotros, pues terminamos armando unas sesiones improvisadas de clases de cocina, con todos nosotros aprendiendo a hacer gnocchi desde las papas al plato.
Y cada noche, todos caíamos en la misma conclusión: en un lugar tan hermoso como la Toscana, con la dicha y la tranquilidad de estar en familia, no había mejor lugar para estar.
Por eso les tengo esta recomendación: al irse de viaje, en muchas ciudades es más cómodo y conveniente hospedarse en un hotel; sin embargo, en este tipo de lugares más bucólicos, y en grupo, es una experiencia mucho más memorable poder alojarse en una villa como esta. Con los servicios completos que ofrece Signature, tienen todas las ventajas de un hotel, pero toda la comodidad y privacidad de una vivienda. Definitivamente, es una opción excelente para un viaje familiar o en un grupo de amigos en un destino rural.
¿Están interesados en conocer cómo alquilar una villa con servicio completo en un viaje Europa, Asia, África, Sudamérica o Norteamérica? Podemos ofrecerles un variado catálogo de opciones, gracias a nuestra alianza exclusiva con Signature Travel Network, llámennos al (809) 563-4631.
Fotos: Cortesía de la familia Santelises Haché