POR: María José Álvarez
Cuando estuve de visita en Los Ángeles, una de las primeras cosas que hice tras comprar el pasaje fue reservar boletas para el show de James Corden y The Voice. Al planificar un viaje reciente a Nueva York, lo primero que hice después de comprar el pasaje fue reservar asientos para mi novio y para mí. En otras palabras: me encanta, y creo que es una experiencia fantástica al visitar estas dos ciudades costeras.
¿Cómo se consiguen esas entradas? Les voy a contar los cinco pasos necesarios, usando como base mi experiencia más reciente, cuando fuimos a la grabación del programa nocturno de Stephen Colbert en CBS.
[1] RESERVAR CON ANTELACIÓN
Estos shows no manejan las boletas directamente, canal por canal, sino que utilizan una contratista de casting llamada 1iota. Hagan clic en ese enlace y regístrense, porque ahí van a ver los listados de shows disponibles. ¿Lo mejor? Entrar es totalmente gratis.
Ahora, esto solo funciona con una reserva hecha con relativa antelación. Algunos shows colocan los días disponibles con hasta dos meses de antelación, pero se van rapidísimo, así que tienen que estar atentos al calendario. Jimmy Fallon, por ejemplo, las sube un mes antes; el show de Colbert las sube unas seis semanas por adelantado.
[2] LA LOGÍSTICA DE LA FILA
Con la entrada reservada, solo basta con llevar la confirmación en el celular y aparecerse en el estudio el día marcado. Los shows de cada día graban en la tarde, así que es muy común estar en la fila a las tres de la tarde para entrar poco antes de las cuatro. Y ojo: si se quedaron sin boleta, aparézcanse en la fila de todos modos, porque es posible que si el estudio no está lleno, los dejen entrar para que no se vean sillas vacías. Ahora, no se maten por llegar tempranísimo, ya que los asientos no se asignan por orden de llegada, sino aleatoriamente. Es probable que estén delante, detrás, en la esquina, no importa. Eso no lo pueden controlar.
[3] LAS REGLAS DE LA CASA
No se puede usar el celular mientras están grabando. Repito: no se puede usar el celular. Si los agarran tomando fotos, así mismito los sacan. Tampoco se puede uno parar a lo loco a ir al baño. Hay que sentarse ahí y esperar a que un asistente de producción indique cuándo puede uno pararse. ¿Quieren salir en medio de la grabación? No se puede. No. Se. Puede.
[4] UN PROFESIONAL EN ACCIÓN
Antes de que salga Colbert hay un calentamiento, y nos indican que chiste que ese hombre haga, chiste que hay que aplaudir y reírse. Si a él le da la gana de pasar por tu lado a chocarte la mano, más te vale que tu mano esté ahí para chocar. Sin embargo, tanta indicación e instrucción resultó no ser necesaria: Colbert es una estrella. Ese hombre sale y es una máquina, una bola de energía, un profesional que hace todo en una toma, que tiene menudo para devolver al instante durante las entrevistas, sin titubeos, y lleva una Wikipedia en la cabeza. Verlo trabajar es fascinante.
[5] ¡SORPRESA!
Guarden espacio mental para las sorpresas. A nosotros nos tocó ver a Colbert improvisar cantando You Are my Sunshine con el invitado musical. También nos tocó sentarnos al lado de su hermano, quien es idéntico al presentador pero calvito, y se moría de la emoción y el orgullo viendo al más pequeño de la familia haciendo lo suyo. Pero la mayor sorpresa fue escuchar que había un invitado inesperado que iba a grabar ese día para un programa posterior, fuera de calendario. Colbert se cambió la corbata para fines de continuidad y, de la nada, aparece Ricky Gervais. Mi novio, que es fanático de la versión original de The Office, casi se muere de la emoción. ¡Uno nunca sabe qué esperar en estos shows!
Fotos: Cortesía de CBS y María José Álvarez