POR: Gabriela Aybar
La ciudad de Dubrovnik, un punto del sur de Croacia bañado por el mar Adriático, es muy conocida por su turismo de cruceros, y por buena razón: su belleza natural y la conservación de su casco antiguo, todo en un espacio compacto, hacen de ella un destino perfecto para conocer en un día.
Mi esposo y yo estuvimos por allá recientemente, y hay algo que deben entender sobre la forma en que él viaja: si él ve que hay una passola disponible para alquiler, no hay forma de hacerle irse por otro medio de transporte. Así que con mi casco puesto y en el lugar del pasajero pude entender, viendo sus islotes y conociendo la ciudad amurallada de Ragusa, por qué a la ciudad le llaman «la perla del Adriático».
Sin embargo, hay otra razón por la cual se conoce a esa ciudad amurallada, y que ha generado muchísimo turismo recientemente: los fanáticos de la serie Game of Thrones la reconocerán como el lugar donde Cersei dio su caminata de la vergüenza, el conocido «Walk of Shame». Yo no veo la serie, pero los domingos por la noche mi cronograma de Facebook se enciende con frases extrañas como «¡FUEEEEGO LA KHALEEESIIII MOTHER OF DRAGONS!», «¡It Is Knowwwwn, coge ahí!» y «Melisandre, ¿para cuándo lo de Jon Snow?», así que sé que hay fans MUY entregados en todo el mundo. Esos fanáticos son los que han estado visitando la ciudad al por mayor, para rememorar las escenas que se desarrollan en la ciudad ficticia de King’s Landing. El impacto de estos viajeros se ha dejado sentir tanto que, como me dijo la guía que me dio un recorrido por la ciudad, «si no menciono la historia de Game of Thrones, los visitantes me dan mal puntaje en sus críticas de mi trabajo».
Yo tendré que hacer lo contrario a esos fanáticos: al quedar tan impresionada con Dubrovnik, voy a tener que ponerme a ver los capítulos que contengan escenas en King’s Landing, para recordar las vistas de la ciudad. Si la visitan, alquilen su passolita en cualquiera de los puntos alrededor del litoral… y traten de ver Game of Thrones antes, para que puedan entender los chistes cuando alguien de repente diga «SHAME!» durante su visita guiada.
Fotos: Gabriela Aybar y Out&About
