En el Festival de las Flores de Jarabacoa

En un fin de semana reciente, nuestra asesora Ana Lía Arredondo pudo comprobar que Jarabacoa es mucho más que sus montañas

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POR: Ana Lía Arredondo

Viajando me he dado cuenta de que para recibir sorpresas uno tiene que estar abierto a ellas, y en un fin de semana reciente en La Vega pude confirmarlo. Estando en la ciudad de visita, una prima de mi mamá nos invitó a subir a Jarabacoa para asistir al Festival de las Flores, un evento cultural anual.

Celebrado desde hace ocho años, el festival se realiza durante cuatro días cerca del inicio del verano. Ahí, los pobladores del municipio presentan lo mejor de su tierra, desde las cosechas de flores hasta las manifestaciones artísticas, en forma de comparsas y carrozas. El evento, donde la belleza de las creaciones está casi a la par con la belleza de la sonrisa y el calor de la gente, es ya visitado por cientos de turistas extranjeros —nosotros hasta nos topamos con muchos estadounidenses entregados a la fotografía—.

Entre jueves y domingo, el punto central del Festival de las Flores es la intersección de la calle Danbury con la avenida General Norberto Tiburcio. Ahí se realiza un desfile matutino y uno vespertino, y ese sábado asistimos a las cinco de la tarde. Durante media hora, por la calle desfilaron niñas vistiendo sombreros de flores reales, carrozas impresionantes —mi favorita fue una con una casita florida dentro—, propietarios de caballos haciendo muestras de paso, reinas de belleza y la recién coronada embajadora del Festival.

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Al terminar el desfile pasamos al parque cercano, donde por un precio de entrada de 50 pesos pudimos visitar un mercado de artesanías. Ahí degustamos café orgánico local —con un sabor interesantísimo que solo puedo calificar como “de montaña”—, vinos y dulces, y vimos el colorido trabajo sobre madera de varios artesanos de la zona —mis favoritas fueron las bandejas en caoba—.

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Pero todavía faltaba más. Tras la puesta del sol, en la tarima sonó el merengue gracias a la banda de músicos de Johnny Ventura, con el cantante secundario del Caballo Mayor como vocalista principal. ¡Cuánto gozar! Hasta las ocho de la noche nos la pasamos bailando con un repertorio que incluyó lo mejor del merengue dominicano.

Jarabacoa tiene los paisajes montañosos y las oportunidades de turismo de aventura quizás más nutridas de República Dominicana. Sin embargo, gracias a esta visita al Festival, yo también agregaría que tienen uno de los eventos culturales y agrícolas más hermosos e interesantes del país.

Fotos: Ana Lía Arredondo