¿Por qué la tecnología no ha avanzado lo suficiente como para que uno pueda comerse la pantalla? Ese clamor se duplica al ver algunas de las escenas de The Hundred-Foot Journey, una película que pasa de las especias de La India a las carnes magras de la cocina tradicional francesa en unos pocos pasos de distancia –literalmente–.
En el filme de Lasse Hallström –conocido por sus maldades gastro-visuales en producciones anteriores como Chocolat–, una familia de inmigrantes indios termina por causalidad y casualidad en un pueblito de los Midi-Pyrénées franceses, y deciden continuar la tradición culinaria familiar abriendo un restaurante en una casa en venta. ¿El problema? Justo delante, a cien pies de distancia, un restaurante de gastronomía clásica francesa, con una estrella Michelín y una odiosísima Helen Mirren le miran con desdén. Eso cambia, claro, cuando la Madame Mallory que interpreta la fantástica Dama británica –quien aquí saca a pasear su francés– se da cuenta de que el hijo de su némesis tiene un don innato para combinar ingredientes.
Tras mucho conflicto, la historia acaba con un final feliz, por lo menos para los personajes… porque a quien ve la película en RD queda con unas irreprimibles ganas de tomar un vuelo a Mumbai con escala en París.
Foto: Vía MovieWeb