POR: Katingo Haché de Santelises
Hasta mediados de octubre, la temperatura en Nueva York se presta para estar cerca del río Hudson confortablemente. Por eso la empresa Grand Banks ha aprovechado ese clima y la fotogénica vista de la ciudad desde el Muelle 25 para ofrecer una experiencia gastronómica a bordo de un velero de estilo holandés. La nave de madera fue construida en 1942 para la pesca de bacalao en la costa este norteamericana, y hoy, gracias a varios trabajos de conservación, guarda una gran parte de su estilo original.
Estuve ahí en un viaje reciente en verano a Nueva York, y luego de esperar por una hora y media —para la próxima, tendré en cuenta hacer una reservación—, pudimos entrar. Valió la pena la espera: la espina dorsal del menú son los mariscos, moluscos y pescados, y las ostras que probamos estaban frescas, riquísimas, pues son extraídas de aguas cercanas a Nueva York. Aparte, nos recomendaron un rollo de langosta —igual de delicioso, ya que en el velero solo sirven pescas silvestres de temporada—.
¿Y qué tal el público? Nosotros quizás éramos los mayorcitos, pues la cubierta estaba llena de juventud. Aparte de la comida y la vista, muchos de ellos van atraídos por la carta rotativa de cócteles, de cerveza y de vinos —en verano, el rosé corre a borbotones sobre el velero—. Asimismo, tienen un brunch los fines de semana entre 11:00 a.m. y 2:00 p.m. con un menú que incluye burrata, tostadas de aguacate y vieiras con pimientos.
La temporada 2017 del velero Grand Banks cierra este 15 de octubre. No dejen de pasar por allá si viajan a Nueva York —y si pueden, recuerden ir con reservación, que pueden hacer a través de Viajes Alkasa—.
Fotos: Grand Banks