POR: Ana Santelises de Latour
Lisboa fue la primera parada en un recorrido que hicimos recientemente por Portugal, y mi esposo y yo coincidimos en algo: yo había visto en la guía de viajes de nuestros socios en Signature Travel Network que los mejores mariscos de la ciudad estaban en Cervejaria Ramiro; mi marido había visto el mismo restaurante en un episodio de uno de los programas de Anthony Bourdain. Ambos lo teníamos anotado en nuestra lista, y tras visitarlo comprobamos que la recomendación era muy válida.
Cuando en el hotel comentamos que íbamos a pasar por Ramiro nos hicieron una sola advertencia: ¡No vayan después de las siete y media de la noche, porque las filas son infinitas! En el restaurante no aceptan reservaciones, así que toca pagar con la espera el deseo de comer buenos mariscos. A nosotros —fuimos con Gabriela Aybar, la gerente de operaciones senior de Viajes Alkasa, y su esposo— nos tocó una hora en la lista, pero nos entretuvimos con una botella de vino y el dispensador de cerveza Sagres.
Una vez entramos al enorme establecimiento —son dos pisos llenos de mesas—, pude aprender algo importante de la gastronomía portuguesa: en ese país, entre el camarón y la langosta hay como 50 mil tipos de variedades de mariscos diferentes. ¡El estómago no da para pedir acompañantes! Esa noche no consumimos ni vegetales: nuestros tenedores no vieron más que moluscos y mariscos, junto a un pan tan suave que casi se derrite en las manos.
Pero como todo lugar tiene su tradición, nosotros decidimos, a pesar de estar atiborrados de tanto fruto de mar, cerrar con broche de oro con un fruto de la tierra: el “postre” clásico de Ramiro es un sándwich de carne… salado, porque para ellos es un chiste el llamarle “postre”.
Gracias a Bourdain y a Signature por la recomendación, y al mar por tantas delicias. ¡Salimos todos felices de Cervejaria Ramiro! Si tienen planificado un viaje a Lisboa, no dejen de pasar por allá —y, claro, traten de llegar antes de las siete de la noche si desean evitar las filas—.
Fotos: Ana Santelises de Latour y Gabriela Aybar