Al quedar de cara al Pacífico y haber recibido tantas olas de inmigración asiática, San Francisco se conoce por su cocina china y japonesa. En un viaje hace unos años, con el paladar educado en los barrios chinos de varios puntos del mundo, pusimos la ciudad a prueba, tratando de ubicar los mejores dim sum de este lado del océano. Gracias a Chowhound, Zagat y Yelp, dimos con Yank Sing.
Tras dar una caminata matutina, terminamos en la zona de Union Square; desde ahí, la sucursal de Yank Sing de la calle Stevenson queda a pocas cuadras. Es posible hacer reservaciones directamente en el sitio web, pero no es estrictamente necesario, sobre todo para el turno del almuerzo.
Queríamos vivir la experiencia que habíamos visto en tantas películas, de ver el carrito con variedades incontables de los bollitos cantoneses pasar delante de nosotros, y tan pronto nos sentamos, ese deseo se cumplió: llegaron a la mesa los carritos con distintas especialidades, desde los dumplings hasta los bollos de cerdo, las hojas de loto al vapor, el pollo Peking, los rollos primavera o nuestros favoritos, los dumplings de sopa de Shanghai, presentados con una combinación de sabores agridulces casi irrepetibles y una altísima calidad en la confección. Todo esto, claro, acompañado de abundante té verde, así como cervezas chinas y japonesas y el cortés servicio de los empleados, quienes con visible conocimiento explicaban el contenido de cada cajita mágica que destapaban.
Desde esa experiencia, cada vez que viajamos a Nueva York hemos estado buscando un lugar similar, donde se pueda uno sentar de forma distendida a esperar los carritos… ¡y no lo hemos encontrado! Así que probablemente hemos dado con la única cosa que NY no tiene: un restaurante de dim sum como el memorable Yank Sing.
DIRECCIÓN: Calle Stevenson 49, casi esquina calle Ecker
Fotos: Ana Santelises de Latour
