POR: Ana Santelises de Latour
Si han leído mis entradas sobre turismo vitivinícola, ya me conocen: encuentro que una de las mejores formas de conocer sobre la tradición y la economía de una zona es explorar el terruño y los procesos que terminan convirtiéndose en botellas de vino.
Por eso, en una visita a Milán mi esposo y yo aprovechamos para visitar un viñedo orgánico ubicado en Pavia, a unos 50 kilómetros de la ciudad.
Padroggi La Piotta fue fundada por Luigi Padroggi y sus hijos Gabriele y Mario en 1985… aunque todavía conservan nueve filas de Pinot Grigio que fueron plantadas en 1930 y todavía dan uvas que terminan convirtiéndose en bebida. Hoy tienen 15 hectáreas de vides y producen 70,000 botellas al año, pero todo es un negocio familiar. Esa jerarquía tan íntima nos permitió visitar el lugar y conocer a la familia, probar las uvas tomadas de la cosecha reciente y hasta probar vino en medio del proceso de fermentación.
De ahí pudimos degustar Riesling y Pinot Nero, Barbera y Müller Thurgau con DOC de Pavia, acompañados de unos deliciosos jamones locales que compraron para nosotros. Sin embargo, mis favoritos fueron un blanco y un tinto llamados 89/90: son los años de nacimiento de Enrico y Luca, la tercera generación de la familia Padroggi que se encarga del negocio, y que aparte fueron nuestros guías durante la visita a todos los espacios.
Si están por la zona y les gusta hacer turismo sensorial, definitivamente les recomiendo visitar este viñedo para conocer cómo combinan las tradiciones de Oltrepò y sus uvas históricas con nuevas técnicas de vinificación.
Fotos: Cortesía de Ana Santelises de Latour