POR: Katingo Haché de Santelises
Escocia es un lugar mágico. Mi marido y yo estábamos deseosos de visitarla debido a su reputación por ser la meca del whisky, la imagen del gaitero con su kilt, la belleza de sus Tierras Altas y la activa vida cultural de Edimburgo. Aun sabiendo lo que nos esperaba, cada día del recorrido nos sorprendíamos todavía más. Acá comparto con ustedes mis recuerdos favoritos de ese viaje —y si alguno les llama la atención, no duden en contactarnos aquí en Viajes Alkasa—.
LOS HOTELES SIGNATURE
La red premium Signature está en sus aguas en Escocia: el país cuenta con una buena cantidad de hoteles de alta categoría en sus puntos de turismo rural y urbano, y nosotros pudimos alojarnos en varios establecimientos impresionantes, pre-seleccionados por el programa.
Por ejemplo, en la zona de Loch Lomond nos quedamos en Cameron House, una antigua mansión rodeada de hectáreas y hectáreas de bosques, donde pudimos disfrutar una degustación de whisky. En Edimburgo nos alojamos en The Balmoral, con vista al castillo insigne de la ciudad. Como parte de las amenidades de la red, en este último recibimos un ascenso de categoría de habitación gratuito, así como desayuno complementario y un crédito para alimentos y bebidas.
¿Otro servicio Signature que utilizamos? La contratación de un guía local privado, o un destination specialist, en la terminología de la red. Él nos preparó un excelente recorrido a la medida, enfocado en gastronomía y la exploración de las tradiciones escocesas.
EN EL CASTILLO STIRLING
Varios monarcas escoceses recibieron su corona en uno de los castillos más importantes para el país, el Stirling. Hoy se puede visitar el complejo ubicado sobre una colina, que cuenta con estructuras de los siglos XIV, XV y XVI con estilos desde el renacentista hasta el gótico. Ahí pudimos imaginarnos mejor cómo era la vida de los habitantes, desde su necesidades de defensa bélica hasta la belleza sencilla de su capilla y sus jardines.
El paisaje en sí es precioso: de hecho, aprovechando ese valor estético, muchos artistas de rock han hecho conciertos en su explanada para grabarlos y comercializar el vídeo —entre ellos Bob Dylan y R.E.M.—.
UN TREMENDO DESFILE MILITAR
The Royal Edinburgh Military Tattoo es un desfile anual de escuelas militares alrededor del mundo, que se realiza en la capital escocesa en agosto. Gracias a nuestro destination specialist teníamos boletos reservados con antelación y pudimos disfrutar de la competencia entre más de 20 escuelas a nivel global. ¡Ese desfile es un espectáculo!
¡DIGAN “WHISKY”!
Yo no tengo la costumbre de beber whisky, y sin embargo, en las catas que hicimos quedé enamorada de la bebida. En nuestras visitas a The Famous Grouse y Gleneagles probé unos exquisitos, con sabores extraordinarios que me despertaban todos los puntos de las papilas gustativas. Ahora, como hay que reírse de todo, que no les pase como a mi marido: allá los tragos de whisky son de un dedo, no tan «generosos» como se usa aquí en República Dominicana. Alejandro los probaba, y luego decía: “Esa fue la muestra, ¿verdad? ¿Dónde está el vaso normal?”.
¿Y NESSIE?
No pudo faltar un recorrido por el Lago Ness, a ver si nos topábamos con el monstruo —que, claro, no aparece ni con efectos especiales, porque no es más que un mito—. Lo que sí pudimos disfrutar fue un paseo por el lago, con música de gaita en directo y un menú preparado en base a alimentos locales, a bordo de un bote de 43 pies de longitud. La embarcación está capitaneada por sus propietarios, dos policías retirados que conocen la zona a la perfección, y con mucho gusto comparten sus conocimientos de primera mano sobre la región.
METIDO EN LA HISTORIA
Finalmente, esta foto vale miles de palabras: en una visita a un museo que cuenta la historia de William Wallace, uno de los líderes de la guerra independentista escocesa —que muchos conocen por la película Braveheart—, mi marido se animó a vestir el uniforme de uno de los soldados de la corona en ese entonces. ¡No hay nada más que decir!
Fotos: Cortesía de Katingo Haché de Santelises