Dos de nuestros clientes, los directores creativos Luis Eduardo Sánchez y Ernesto Geara, nos contaron que fueron al restaurante Amazónico, en Madrid, atraídos por la decoración… pero que se quedaron por la comida.
El espacio, concebido por el instagrameable interiorista Lázaro Rosa-Violán, tiene el concepto de “Bienvenido a la selva”. Una selva muy elegante y del otro mundo, claro: desde vegetación colgante hasta un enorme pavo real sobre la barra, el decorador le dio un giro a la neotropicalidad de la Amazonía.
Lo mismo sucede con el menú: todos los cócteles, por ejemplo, tienen una influencia frutal —Luis Eduardo y Ernesto pidieron unos hechos con chinola—. Pero alrededor de la barra central hay un asado argentino, un rodizio brasileño, una mesa de sushi y un tandoori de la India.
Los platos que más nos recomiendan del menú son el poke de atún rojo con anacardos y arroz salvaje, el ceviche mexicano con mero negro y menta, la crema de choclo picante y la picaña del rodizio. Y por supuesto: de postre, la piña asada con helado de vainilla. “Todo estuvo excelente en cuanto al sabor, con combinaciones extrañísimas que nunca nos hubiéramos imaginado que estarían tan buenas,” nos contaron. No es para menos: los propietarios de Amazónico son Sandro Silva y Marta Seco, los mismos que han creado exitazos como Ten con Ten y El Paraguas en ese mismo perímetro del vecindario de Salamanca.
Dos recomendaciones importantes: la primera, hacer la reservación con al menos una semana de antelación, porque el restaurante abrió en 2016 pero todavía sigue lleno en cada turno. ¡Fue casi imposible conseguir mesa! La segunda, considerar que vale la pena ir un día para cenar y otro al bar que está debajo del restaurante, donde tocan jazz en vivo. Ellos pensaba que la logística les iba a funcionar con una sola visita, pero después de cenar el bar estaba tan lleno que fue imposible entrar. A veces, para dominar la selva, hay que organizarse.
Fotos: Luis Eduardo Sánchez y Ernesto Geara