En el Olympiastadion de Múnich

Una familia aprovechó una visita a la ciudad alemana para “revisitar” un ícono histórico y arquitectónico

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Hace unas semanas nuestra gerente Signature, Laura Guzmán, preparó un viaje a la medida para una familia. La idea era visitar varios puntos en Europa occidental, con países como Austria, Suiza y Alemania en la lista.

Ahora, la parada en Múnich se convirtió en una “revisita”: unos 30 años antes, durante sus estudios de especialización, el padre había hecho un viaje a la ciudad… y la familia decidió reconstruir sus pasos.

Uno de los puntos más memorables de ese recorrido fue el Olympiastadion, la sede principal de los Juegos Olímpicos de 1972 en la ciudad alemana. Al ser arquitecto, la estructura dejó fascinada al hijo mayor en la familia. “Fue increíble para mí ver lo contemporáneo del uso del metal y el plástico”, nos contó. “De hecho, vi hace cinco años un uso de poleas similares en un proyecto en un libro y me interesó… ¡pero me sorprendió ver que las utilizaron en el estadio hace casi 50 años!”.

Él no fue el único anonadado por la construcción. De hecho, la obra del arquitecto Günther Behnisch y del ingeniero Frei Otto también fue alabada durante su inauguración, por su estructura visionaria. Para el techo, un pabellón hecho de toldos en vidrio acrílico estabilizado sobre cables de acero, Behnisch se inspiró en los Alpes —en efecto, para crear una división visual detrás de la edificación utilizaron lo que nuestro cliente describe como “una maravilla topográfica, una pared verde que parece un conjunto de lomas de Jarabacoa”—.

Pero había algo más detrás de esa decisión por lo traslúcido: esa transparencia aludía a la triste historia reciente del país. Munich quería ser una contraparte a Berlín… dígase, a los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, donde Hitler tuvo un papel central.

De hecho, ¿saben cómo está hecha una parte de la zapata del estadio? Se construyó sobre una gran fosa producto de un bombardeo en la Segunda Guerra Mundial. El Olympiastadion fue en ese momento un mensaje de Alemania al mundo, diciendo que estaban más que deseosos de construir un nuevo país encima de esa historia oscura. Lamentablemente, esos juegos también son recordados por las acciones del grupo terrorista palestino Septiembre Negro contra la delegación israelí. Por eso, “ver ese estadio hoy brinda una sensación agridulce”, nos explicó nuestro cliente.

Por eso, para ellos uno de los mejores regalos del viaje fue tener la posibilidad de entender mejor la complicada historia reciente alemana, y dejarse impresionar por primera —o en el caso del padre de la familia, por segunda— vez por al poder de la arquitectura para hablar en nombre de un pueblo.

Foto: Deaq