POR: Jean Santelises
Aunque como viajeros muchas veces queremos programar cada segundo de nuestros itinerarios, para así no desperdiciar los kilómetros recorridos, he aprendido que muchas veces es importante dejarle espacio a las decisiones de último minuto. ¿Un buen ejemplo? Estando en Barcelona, pude toparme con la experiencia de disfrutar de música en vivo en la azotea de La Pedrera.
La Casa Milà es, sin dudas, la obra maestra residencial de Antoni Gaudì. Siendo yo mismo arquitecto, tenía interés de verla de nuevo con detenimiento en un viaje reciente que hice a la ciudad. Lamentablemente, los horarios me traicionaron y, cuando finalmente pude llegar la fila era larga y ya se acercaba el horario de cierre.
Sin embargo, si hubiera entrado en horario normal no me habría enterado, por un anuncio en la calle, de que en la azotea de La Pedrera se hacen noches de jazz durante el verano. Todos los viernes y sábados, desde la segunda semana de junio a la segunda de septiembre, la azotea se convierte a las ocho de la noche en el bar más privilegiado de la ciudad.
La visita comienza con un paseo libre por el Espai Gaudí, un espacio en la buhardilla que ofrece un recorrido visual por la obra del arquitecto. A la intemperie ya se puede disfrutar de dos tesoros locales: la cava catalana y bandas como La Liceo Big Bang Bang, el trío de Mariola Membrives o Irene Reig con The Pop Collective.
Imagínense esto: el atardecer sobre los techos de las manzanas geométricamente precisas del Eixample, una copa con espumoso del Penedès y una dulce voz cantando Cucurrucucú paloma en vivo. ¡Anoten la visita para el próximo verano!
Foto: Cortesía de La Pedrera