¿Para esquiar con niños? Vail

Tras varios viajes con niños a bordo, nuestra presidenta —y abuela con experiencia— le pone su sello de aprobación a la zona de Colorado como destino para los más pequeños

POR: Katingo Haché de Santelises

Tengo nietos de diferentes edades, desde unos que están alcanzando la adolescencia hasta otros que todavía siguen ilusionados con los muñequitos de Disney. Por eso, a la hora de planificar las vacaciones familiares, buscamos destinos que todos ellos puedan aprovechar. Según he comprobado por esas experiencias, en invierno, uno de los mejores es Vail.

¿Por qué lo digo? Aquí tienen tres razones.

[1] LA ESCUELITA

En Vail hay actividades para todos, y las de principiantes o niños pequeños son verdaderamente fáciles de hacer. Ahí los visitantes infantiles tienen clases de esquí matutinas en su escuela especializada, separados por edad, y eso es provechoso: no hay mejor forma de que un niño aprenda a esquiar que estando con otros niños de su mismo nivel, para competir entre ellos.

Si los niños todavía no dominan bien el inglés, eso no es problema: los profesores allá no solo están capacitados con técnicas psicológicas para lidiar correctamente con personitas de esa edad, sino que también muchos son hispanoparlantes —esto es dado a la cantidad de público latinoamericano que visita la zona, y al hecho de que muchos instructores de las regiones de esquí de Chile y Argentina suben durante el verano austral, que es invierno para nosotros, a aprovechar la temporada laboral—.

[2] UNA VERSIÓN INFANTIL ENTRE LAS ADULTAS

La infraestructura de entretenimiento de Vail siempre toma en consideración a los niños. Por ejemplo, en las calles comerciales del Village, donde hay tiendecitas de compras principalmente para adultos y para el hogar, también se encuentran jugueterías especializadas en objetos didácticos y educativos, para que los niños también tengan esas opciones.

También están las Kid’s Adventure Zones, más de 10 recorridos especiales en las pistas que están diseñados especialmente para las personitas que aman estar retozando. Estas zonas de aventura incluyen túneles, esculturas de animales, escondites, callejoncitos y hasta unos llamados bosques mágicos, todos elaborados para niños con distintos niveles de destreza.

[3] ATENCIÓN PARA LOS QUE NO ESQUIAN, PERO GATEAN

No hay necesidad de un adulto dedicado a un infante, quedándose sin esquiar: tanto en el Village como en Lionshead hay centros de cuidado infantil (day care), para niños entre seis meses y dos años, a un costo razonable. Así, ¡no hay razón para no llevar a la familia completa!

Foto: Fuente externa

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