Impresiones de La India – Parte 2

Esta es la continuación de la serie sobre las impresiones de nuestra presidenta en un recorrido que abarcó desde Mumbai hasta Delhi.

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POR: Katingo Haché de Santelises

En la primera parte les hablé sobre algunas impresiones generales en el recorrido que hicimos mi esposo y yo durante 12 días en La India. Acá va la segunda parte de las vivencias y lugares que se quedaron conmigo durante este viaje.

EL HOGAR DE SHIVA
Las cuevas de Ellora son, más que una maravilla de la ingeniería y de la arquitectura religiosa, un fenómeno artístico. Pónganse a pensar: entre el año 600 y el 1000 los residentes de esta zona excavaron la piedra para crear este monasterio. Eso por sí solo es impresionante, pero hay otro factor que asombra: si en las cuevas de Ajanta hay relieves —pueden leer más sobre eso en la primera parte de esta serie—, en estas todavía se pueden apreciar algunos frescos detalladísimos que ilustran pasajes de la mitología hinduísta, incluyendo algunos relacionados a Shiva. De Mumbai al complejo de cuevas nos tomó una hora de vuelo y luego tres por carretera, pero valió la pena el trayecto.

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EL ESPEJO DE UDAIPUR
El lago Pichola, ubicado en Udaipur, no existía hace unos siglos. Fue creado en 1362 cuando la ciudad decidió utilizar presas para suplir agua potable a los residentes e irrigación para los cultivos aledaños. Con esa acción se crearon cuatro islas, y una de ellas nos dejó boquiabierto: la Jag Niwas, donde se encuentra el Palacio del Lago o Lake Palace. Esta edificación fue erigida a finales del siglo XVIII con el propósito de ser la residencia de veraneo del Maharana Jagat Singh II. Tras muchas conversiones, hoy es un hotel de lujo de 83 habitaciones, y Alejandro y yo tuvimos el gran gusto de alojarnos ahí, para disfrutar el efecto de espejo del lago desde nuestra ventana.

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BINDI DE BONDAD
Cada vez que llegábamos a un hotel o a un espacio público especial, alguien nos recibía colocándonos un bindi en el entrecejo, muchas veces en diferentes tonalidades. Cada color tiene su significado: inicialmente se utilizaron para denotar la casta a la que pertenecían las personas, pero los bindis y tilak —el nombre que se utiliza para la marca hecha a los hombres— hoy contienen mensajes emocionales. Por ejemplo, una mujer casada lleva un bindi rojo para comunicar que siente amor por su marido; una mujer soltera llevaría uno color negro, para indicar que todavía no tiene un amor en su vida. El tono amarillo, por otro lado, significa un auspicio de prosperidad. ¡Qué hermosa costumbre!

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DE COLORES
Hablando de la importancia de los colores para la cultura local, nos dejó impresionado ver la diversidad de patrones y los brillantes tonos de los saris que vimos usar a las mujeres. Una de las últimas visitas que hicimos en el recorrido fue el Complejo de Qutb en Delhi, y nos quedamos maravillados con el enorme minarete que tanto turismo atrae —merecidamente, pues es el más alto del mundo y está hecho de forma artesanal a base de ladrillos mármol—. Sin embargo, como éramos los únicos turistas no indios en el lugar, en un momento en la visita nos encontramos con una aglomeración de mujeres en sari, y no pudimos evitar tomar una foto. Este país, con tanta historia textil, ve estos atuendos como una forma de expresión personal. Por eso, en esta foto nosotros no vemos un grupo de mujeres vestidas iguales, sino un grupo de individuos que, a pesar de compartir una historia nacional en común, tienen una diversidad de visiones.

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Por eso vale la pena conocer La India: no solo para apreciar la belleza milenaria de su civilización, sino para conocer formas totalmente diferentes de vida.

Fotos: Alejandro Santelises y Katingo Haché de Santelises