Parecería cruel decir que, justo después de un vuelo Santo Domingo-Madrid, nuestra recomendación sea comer arroz –¿no se supone que un dominicano debería estar ya tupido hasta la garganta de ese divino grano blanco?–. Pero hágannos caso: en el restaurante St. James, ubicado en el barrio Salamanca de la capital española, tienen más de 30 variedades de arroz, incluyendo algunas que no se preparan fuera de la península ibérica.
Nuestro favorito es el arroz a banda, una variedad valenciana que se cocina con los caldos de mariscos; lo sirven con una salsita alioli, y se pueden pedir aparte los mariscos deseados –gambas, mejillones, merluza–. De esa manera, básicamente se está creando una paella a la medida. Y según nuestra ya tradición particular, el almuerzo abre con una sangría y cierra con un albariño.
El St. James es muy familiar, lleno de comensales locales. No es raro ver una mesa compuesta de varias generaciones del mismo apellido, desde el nietecito que apenas camina pero agarra con fuerza un pedacito de carne hasta los abuelos que tienen siglos saludando al mismo –y atentísimo, y muy conocedor — personal. Y aunque a lo largo de 20 años hayan pasado meses entre una visita y otra de nuestra parte, no hay diferencia alguna entre el trato que reciben los habitués y el que recibimos nosotros. Y ese servicio, más que cualquier marisco o pescado, es el mejor acompañante del delicioso arroz.
DIRECCIÓN: Juan Bravo 26, Salamanca, Madrid
Foto: Vía Restaurantes St. James
