Desde Maroon Bells en Aspen

Nuestra asesora Heidy Roque estuvo en uno de los pueblos más visitados de Colorado, y le sorprendió conocer su naturaleza en verano, fuera de la temporada de esquí

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POR: Heidy Roque

Aspen, en Colorado, tiene inviernos legendarios: el pueblo cuenta con poco más de seis mil habitantes permanentes, pero cuando llega la nieve también llegan miles de turistas para aprovechar sus montañas sobre esquíes.

Sin embargo, estuve allá en verano y me llevé una sorpresa: aun sin nieve, esas mismas montañas son espectaculares.

De todo el recorrido que hice, un punto en particular se me ha grabado en la memoria: Maroon Bells. Este lugar, parte de la cadena de las Montañas Rocosas, es un valle de origen glaciar. Hoy está compuesto por dos picos —las “campanas” del nombre—, cada uno de más de cuatro mil metros de altura, y un lago llamado Maroon Lake.

Pude llegar por autobús, a unos 30 minutos del centro de Aspen. El paisaje es impresionante, con un contraste entre el agua multicolor del lago, el verde de la vegetación boscosa y los picos todavía con nieve. Yo quedé anonadada al ver tanta diversidad cromática en un solo lugar —de hecho, el lugar se llama “maroon” en referencia a ese color, cuyos tonos vienen dados por la presencia del hierro de la hematita que abunda en el valle—.

Ahí muchos de los cientos de miles de visitantes que llegan al lugar en los meses estivales hacen días de picnic, cabalgata o senderismo, con rutas que van desde el kilómetro y medio hasta los cinco kilómetros. Pero yo, selfista al fin, lo tomé como el mejor fondo para lograr una buena foto. El guía que me acompañó me ubicó en un punto estratégico frente al Maroon Lake, diciéndome que ese era “EL lugar para LA foto”, y no se equivocó: de esa visita salieron las mejores fotos que tomé en mi visita a Aspen.

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En ese lugar me sentía pequeña ante tanta inmensidad: ese lago tan hermoso, ese ambiente tan tranquilo. Maroon Bells inspira mucha, mucha paz.

Si se animan a visitar el pueblo en verano, no dejen de llamarme en Viajes Alkasa para pedir cualquier recomendación, sobre todo de alojamiento —aunque hay más de un 60 por ciento de ocupación hotelera, las tarifas de temporada baja son muy atractivas, y eso es otro plus para visitar Colorado en temporada de calor—.

Fotos: Heather Rousseau y Heidy Roque