Ojo para las pulgas

Nuestra clienta Ivelisse Ciprián de Del Toro nos da un consejo para comprar en mercados de pulgas europeos: “Hay que llevarse de la intuición”.

POR: Ivelisse Ciprián de Del Toro

 

“Mi esposo y yo estábamos en Berlín, en una feria de turismo. A las esposas acompañantes nos ofrecieron información sobre qué hacer durante la semana, y en la lista estaba una visita dominical a un enorme mercado de pulgas donde muchos berlineses llevan cachivaches para vender. Ahí nos fuimos todas juntas el domingo a explorar.

“Como siempre, hay mucha mercancía fea, en mal estado, pero de vez en cuando aparecen joyas; para encontrarlas solo hay que llevarse de la intuición y tener el ojo bien abierto. Así encontré las mías en este mercado berlinés: bajo el óxido y el sucio sabía que ese juego de dos candelabros y un reloj de cerámica francesa, con asas en bronce, era un tesoro. A un precio de menos de mil dólares y con la manufactura en esos materiales, la inversión quedaba justificada.

“Al ver que mi intención era meterlos en la maleta de mano, mi esposo me dijo: “¿Pero te estás volviendo loca? ¿Cómo vas a cargar esas cosas tan sucias y feas para Santo Domingo?”. Yo seguía tranquila, y le decía: “Estas piezas son una belleza; solo hay que limpiarlas”. Cuando llegué a casa, las deposité donde los genios de la restauración que trabajan en un taller de la Emiliano Tejera, en la Zona Colonial —soy asidua, porque son expertos en limpiar cubertería de plata—. Las dejaron como nuevas, y hoy el trío de cerámica y bronce recibe muchísimos piropos de parte de las amigas que visitan mi casa.”

FOTO: Cortesía de Ivelisse Ciprián de Del Toro