El cliché de los parisinos dice que andan sentados fumando en un café, caminando sin rumbo como flâneurs con una baguette bajo el brazo y siendo clones de Jane Birkin. Sin embargo, la realidad es otra: París es actualmente una meca empresarial, con start-ups surgiendo por doquier, así que el parisino trabaja duro. Lo bueno es que también celebra duro. Por eso, la cultura del apéro —esa bebida con picadera que tiene lugar en los bares antes de la cena, entre grupos de amigos— está bien afianzada.
Nuestro cliente Edward Piña y su esposa, Mariel, nos recomendaron un sitio perfecto para el apéro: la Compagnie des Vins Surnaturels —algo así como la compañía de los vinos sobrenaturales— en Odéon, cerca del Marché Saint-Germain.
Según nos contaron a su retorno, la carta de vinos tiene más de 3,000 ejemplares —sí, tres MIL— que se pueden degustar con picadera de buen origen, como burratas, prosciutto o jamón ibérico. El rango de precio de por copa va entre los €6 y los €80, así que es posible probar varios ejemplares excelentes en una sola sentada. Ellos comenzaron con un Beaujolais y luego fueron pidiendo recomendaciones del equipo, en base a las características que buscaban. ¿Veredicto? “Siempre daban en el clavo”, nos explicó Edward.
¿Algo importante? Cuando llegaron al lugar a las seis de la tarde fueron los primeros; a las 10 de la noche, casi no cabía un alma. Por eso, si van a la Compagnie es recomendable escoger bien el horario: traten de llegar antes de las siete de la noche ya que el lugar, más que un secreto bien guardado, es un secreto a voces entre los locales.
¿Otro consejo? No es un lugar donde se va a Instagramear. Nuestros clientes se dieron cuenta de que durante esas cuatro horas no hubo presencia de la pantalla negra. “Notamos muchos amigos conversando animadamente, sentándose a conversar sin un celular a la vista”, nos contó Edward, quien vivió en la ciudad hace unos años y se encontró en un ambiente muy familiar. “Ese es el parisino de hoy y de siempre”.
Fotos: Cortesía de Edward Piña