Un día en San Miguel de Allende

Nuestra gerente senior de operaciones, Gabriela Aybar, retornó de México con un reporte sobre una pequeña ciudad que vale la pena visitar

POR: Gabriela Aybar

Mucha gente conoce de San Miguel de Allende o por que queda a unas tres horas del Distrito Federal, y muchos aprovechan para hacer un viaje de un día a la ciudad si están quedándose en la capital.

Pero les recomiendo, de verdad, que si van al DF planifiquen también quedarse una noche en San Miguel.

Esta es una ciudad de artistas, atraídos por los pioneros Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, y se nota no solo en las respetadas escuelas de arte que alberga, sino también en el cuidado que ponen a sus edificaciones coloniales, barrocas y neoclásicas, y la preservación de su centro histórico. Por eso, San Miguel de Allende es dos cosas: una ciudad joven y una ciudad bella.

De día, en sus calles se destacan los puestos de artesanía colorida, cafecitos, galerías de arte —como la Fábrica La Aurora, una antigua usina textil convertida en un espacio artístico— y restaurantes de autor; cerca queda el Santuario de Atotonilco, un complejo religioso conocido por su mural barroco mexicano apodado la Capilla Sixtina del país, declarado Patrimonio UNESCO de la Humanidad. De noche, y por esto les recomiendo quedarse, los bares y los bistros toman las riendas. La vida nocturna allá es… bueno, muy viva.

El turismo es responsable de más de una tercera parte de los trabajos de la ciudad, y si sacan cuentas, muchos de esos están en los impresionantes e íntimos hoteles boutique. Mi familia y yo nos quedamos en el Hotel Casaluna, un establecimiento íntimo de unas 10 habitaciones donde el servicio es dedicado y personalizado y los muros son de piedra —mi hijo, de cuatro años, solo decía “¡Este hotel es viejo!”—. Uno siente que se transporta a otra era, y que está a siglos de distancia del DF, relativamente tan cerca.

Si piensan hacer un viaje a México, ¡no dejen de añadir la ciudad a su itinerario!

Fotos: Gabriela Aybar