Toronto es otra en verano

Puede que la ciudad más grande de Ontario sea conocida por su concreto, metal y nieve; sin embargo, cuando llega el verano, muestra sus verdaderos colores

Los canadienses son un pueblo paciente: aguardan titiritando nueve meses para poder vivir a plenitud, con prisa y locura, un trimestre en donde el sol sale para todos. Y para Toronto, una metrópolis primordialmente gris, cuando el verano llega la ciudad finalmente muestra sus colores y se transforma en otra.

Ese despertar estival es evidente en Take This Waltz, una película romántica canadiense –traducción: adorable pero deprimente– dirigida por Sarah Polley. En ella, los personajes encarnados por Michelle Williams, Seth Rogen y Luke Kirby se ven involucrados en un triángulo amoroso digno de una canción de Leonard Cohen –bueno, para qué ir más lejos, si el título de la película es el de una canción de Leonard Cohen–. Pero para nuestros fines, lo mejor es ignorar la pasión entre el segmento joven y alocado y enfocarnos en lo que verdaderamente importa: las casitas coloridas de Little Portugal, el Parque Trinity Bellwoods vestido de verde, el sol sobre los cuerpos de agua, los paseos en carruaje humano, la convivencia armoniosa de una diversidad de razas en las piscinas públicas de la ciudad.

Esa es la Toronto que solo muestra su cara entre junio y septiembre, que se convierte en otra ciudad tan llena de sandalias y de vestidos floridos –al menos en la imaginación de Sarah Polley– que cualquiera olvidaría el frío fin que le toca una vez las noches se hacen más cortas. Para quien desee conocerla, este es el momento.

Foto: Vía I Liked That Film