POR: Katingo Haché de Santelises
En el mundo de la restauración neoyorquina, pocos nombres suenan en la parte baja de Manhattan más que el de Keith McNally, un inmigrante inglés que durante 30 años ha estado creando un imperio de restaurantes de culto en el Downtown. De su grupo hostelero han salido nombres como Pastis en el Meatpacking District –temporalmente cerrado, esperando su reencarnación en 2016–, la brasserie Balthazar en SoHo y el Minetta Tavern del West Village. Sus restaurantes siguen una fórmula: comida tradicional francesa o italiana unida a una decoración temática y un juego de RRPP que hace que desde las primeras semanas de apertura de cada establecimiento, las celebridades hagan acto de presencia en sus mesas. El poder de McNally, por lo tanto, no está solo en su capacidad de crear buena cocina temática en puntos estratégicos del Downtown, sino también de crear un ambiente agradable en cada uno de sus establecimientos.
En el último de ellos, Cherche Midi, pude comprobar esa fórmula. Ubicado en el Bowery con Houston, la decoración hace referencia a un bistró de París de principios del siglo pasado, con espejos opacos y cerámica desgastada adrede. A las 2 de la tarde, para el brunch, entre mis familiares y yo probamos una carne añejada de tres meses, un quiche de hongos, macarrones con queso y langosta y una pappardelle. Y siendo brunch, claro, acompañamos los platos con unos Bloody Mary –una versión un tanto picante del trago–, unas mimosas y unos Bellini. Una experiencia verdaderamente relajada y placentera.
Por eso, al buscar un restaurante donde desayunar, almorzar, cenar o tomar el brunch entre la 14 y Canal, ante las dudas, lo mejor es buscar la firma de McNally entre las opciones.
Fotos: Vía Eater
