Barcelona en un carrito Twizy

POR: Ana Santelises de Latour y Gabriela Aybar

Gabriela Aybar: Mi esposo, Waddy, vivió un año en Barcelona, y fue nuestro guía oficial cuando estuvimos allá hace unas semanas.

Ana Santelises de Latour: Sí, Waddy nos llevó a comer paella, a comer croqueta, a comer jamón ibérico… Pero típicos hombres al fin, luego él y mi esposo alquilaron unos carros de carrera en la Barceloneta y se fueron a hacer carreras por Montjuic. Sin embargo, al día siguiente la vida los puso en su lugar: ¡Les tocó recorrer la ciudad en unos carritos miniatura!

Gabriela: Los Twizy de la Renault son unos carritos ultra-compactos que parecen sacados de una película de Pixar. Son chiquititos –apenas caben dos personas– y la carga de su batería eléctrica da para unos 100 kilómetros de recorrido. Alquilamos dos también en La Barceloneta, pagando la tarifa de 60 euros por un día.

Los vehículos que alquilamos no tenían una guía GPS, sino que usamos Waze y dejamos que mi esposo nos llevara a los lugares que recomendaba.

Ana: Así pasamos por la Sagrada Familia para tirarnos las respectivas fotos, conocimos el Puerto Olímpico y la playa, saludamos Plaza Cataluña y al retorno nos paramos en La Rambla. Al final terminamos sentados frente a una fideuà en el Poble Espanyol –tenía ese antojo desde hace un buen tiempo– y metidos en el tumulto infinito de gente en La Xampanyeria.

Gabriela: Este tipo de experiencia, como podrán imaginarse, es mejor para una persona que ya conozca Barcelona y esté buscando una forma diferente, mucho más autónoma, de recorrerla. No solo van a acordarse del trayecto por la gracia de andar en el mini-carrito, pero también porque van a poder conocer nuevos lados de la ciudad, desde otra perspectiva y a otra velocidad.

Fotos: Ana Santelises de Latour y Gabriela Aybar