POR: Paola Moreta
Si tienen planificado un viaje a Medellín entre amigos, les tengo una sugerencia fantástica para un pasadía: una jornada en Guatapé, un poblado conocido por sus opciones de ecoturismo.
Lo primero: Guatapé se encuentra a dos horas en vehículo de la capital antioqueña, así que lo recomendable es salir temprano. En mi caso, mis amigos y yo salimos de Medellín a las ocho de la mañana, para poder aprovechar mejor el día. En el camino van a tener un avance de lo que van a encontrar en el poblado: mucha, pero mucha, mucha vegetación prolijamente protegida.
Una vez allá, pueden ir al parque acuático Comfama o tomar un tour en helicóptero. Sin embargo, les voy a recomendar mi experiencia favorita: subir los 745 escalones que llevan a la cima del Peñol, un monolito de 2,135 metros de altura. Les resumo mi impresión de la subida: yo iba con todos mis bríos, pero aun con mi entrenamiento previo tuve que pararme dos veces porque estaba sofocada. ¡Hay que tener agua a mano! Sin embargo, el reto físico vale la pena: desde la cima, la vista es impresionante. Ese verde, el río, la represa, los techitos a lo lejos. ¡Qué bien le hace el terreno andino a Colombia!
Realizamos el descenso, y como planificamos el itinerario correctamente, después de tanto esfuerzo nos esperaba un almuerzo típico en la Plazoleta de los Zócalos, un colorido conjunto de restaurantes, tiendas de artesanía y espacios de ocio conectados por un pavimento de adoquines. En uno de esos restaurantes llenamos el tanque con una bandeja paisa acompañado de una limonada endulzada con panela que todavía tengo en mi lista de comidas favoritas de 2019.
¿Y cómo bajamos esa comida? Gracias a Maluma. Me explico: tomamos una embarcación de tres niveles para hacer un recorrido por el río Claro… pero como se trata de Colombia, en el barco íbamos bailando reguetón, vallenato y hasta merengue. Fueron 40 minutos de J Balvin y el Pretty Boy por doquier. ¡Cuánto gozamos bailando con los amigos instantáneos que hicimos en ese recorrido!
Finalmente, nuestra parada final fue en el pueblo, donde exploramos una iglesia local y, para despedirnos del poblado, fuimos directamente a una repostería concurrida para probar el mítico pandebono que tanto disfrutan los paisas. ¡Una delicia!
Salimos a las cinco de la tarde de vuelta a Medellín, y ya a las siete estábamos rendidos de vuelta en el hotel. Una vez se nos olvidó el cansancio por haber escalado y bailado y comido tanto, nos quedó el recuerdo de uno de los paraísos verdes más esplendorosos de Colombia. ¡Totalmente recomendado!
Si desean añadir un pasadía en Guatapé a su viaje a Medellín, ¡avísennos! Pueden llamarnos al (809) 563-4631 para obtener información sobre los precios del trayecto, o sobre nuestros paquetes de vuelos, hoteles y excursiones terrestres en Colombia.
Fotos: Cortesía de Paola Moreta
Simplemente volveré!